Una horticultura siembra algunas variedades de hortalizas para su huerta.
En los nidos familiares que construyen las familias, con colaboración de la FCA, hay al menos 40 variedades de plantas. Eso no parece posible en una huerta familiar de aproximadamente 24m2 en EL Alto que incluye pasillo para la comodidad de trabajo. Sin embargo, sí es posible con el aprovechamiento de todo el espacio dentro de la carpa solar y también con el uso del espacio de patio.
Puesto que los nidos familiares son para el auto consumo y no para la comercialización, las familias sólo cultivan lo que ellos necesitan por su consumo familiar. No practican el monocultivo porque necesitan de variedad para su propia alimentación. Puesto que todos los productos del nido familiar están destinado a mejorar su propia alimentación (y para donar a otras familiares, vecinos y amigos o ventas esporádicas a precio justo en la misma zona), las familias quieren cultivar una gran variedad de hortalizas para tener más diversidad en sus dietas y tener una alimentación más saludable. Además de la diversidad nutricional, la variedad de plantas ayuda a prevenir plagas y enfermedades de manera natural y orgánica, en contraste con el monocultivo que atrae plagas y enfermedades.
De estas 40 variedades de semillas incluyen 32 variedades de hortalizas que la fundación facilita a las familias para su primera siembra que incluye:
2 variedades de tomates
4 variedades de Lechugas
Brócoli
Col de brúcelas
Coliflor
Cilandro
Albahaca
Perejil
Achojcha
Pimentón
Paprika
Vainita
2 variedades de zapallito
Espinaca
Pepino
Pepinillo
Rábano
Alfa Alfa
Puerro
Betarraga
Nabo
Repollo
Acelga
Apio
Zanahoria
Cebolla Roja
Berenjena
Además de estas variedades de hortalizas, las familias cultivan algunas plantas medicinales, flores y árboles frutales para completar su nido familiar.
Las familias no se quedan sólo con lo que le facilita la FCA, por su propia iniciativa consiguen otras variedades de flores, plantas ornamentales y medicinales, pero también aromáticas, frutas y hortalizas. Lo más popular incluye huacataya, locoto, hierba buena, quirquiña, chilto, frutilla e higo.
Una pareja en su nido ecológico familiar.
Algunas de las casas de El Alto se están transformando de espacios verdes que ayudan a muchas familias a reconectar con sus raíces indígenas. En la ciudad de El Alto no hay muchos espacios verdes por el clima difícil y porque la gente no crea que sea posible tener plantas y espacios verdes. Con nuestra experiencia sabemos que es posible.
Claro que es impresionante a tener tantas variedades de plantas en un patio en la ciudad de El Alto a 4100 msnm, pero ¿Por qué es importante?
Es importante porque las familias con quienes trabajamos viven en zonas periféricas de esta ciudad, tienen muy pocos recursos económicos. Sus nidos familiares les proveen verduras orgánicas para el consumo familiar y que, además, utilizan para intercambiar por otros productos alimentarios que les faltan. Con sus huertas familiares pueden alimentar bien sus familias y no son dependientes en el sistema alimentario. Su sistema alimentario mejora la salud familiar y también mejora su situación económica. Sus nidos ecológicos familiares ayudan a enverdecer y contribuyen a la biodiversidad de su área y reducen la huella ecológica de la familia.
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